Las comunidades de los condados de Merced, Stanislaus y Yolo utilizan las aguas residuales o aguas cloacales para prevenir la propagación del COVID-19, la gripe, el VRS y otras enfermedades.
Los patógenos que causan estas enfermedades dejan marcadores en nuestras aguas residuales. Las aguas que salen del excusado, la ducha y el lavabo de casi todas las viviendas viajan por las tuberías del alcantarillado y llegan al mismo lugar: las plantas de tratamiento de aguas residuales de cada comunidad.
De estas plantas se extraen muestras, y expertos de UC Davis y UC Merced las analizan para detectar marcadores genéticos de varios patógenos.
UC Davis y UC Merced empezaron a analizar las aguas residuales para detectar SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, al inicio de la pandemia. Esta iniciativa se convirtió en Healthy Central Valley Together (HCVT), un proyecto de colaboración entre varios departamentos de salud pública, comunidades, WastewaterSCAN y UC Davis y UC Merced, cuyo objetivo es prevenir la propagación del COVID-19 y otras enfermedades.